Pensar
un país, pasa por la conjetura, por la intuición, por adivinarlo, por leerlo.
Porque un país deja señales y signos en su historia, en su cultura, porque la
cultura es su gran joya y, si este es pobre, como se le atribuye al Paraguay,
con más razón aún, hubo personas en el pasado que se permitieron, a costa de
ser perseguidos, o de su miseria material, de crear un poema, de pensar, héroes
civiles, en una patria de militares insignes, Solano López fue amante de las
letras y de las armas.
El pasado cultural es oro en bruto, en la nación
paraguaya, por desconocido, el presente sería la plata futura, porque en sus
aspectos más prosaicos, crematísticos, la cultura es también turismo, es
imagen, es conocimiento y es dinero tangible. Imaginar el Paraguay desde un
español es sobrevolar sus ríos, sus tierras, ganadas y perdidas en guerras, su genocidio,
es comparar virtudes y defectos, acaso España no emigró y levantó Alemania, ¿la
guerra del Chaco no fue nuestro Marruecos? Nosotros en la comparación éramos
los pobres Bolivianos, porque invadimos y perdimos. Acaso la invasión de la
Triple Alianza, no fue nuestra invasión del amigo Napoleón, con sus
afrancesados, otra guerra civil con exilios, con Goya en Burdeos. Acaso nuestra
guerra civil fratricida no tuvo en Paraguay sus guerras entre hermanos, sus
mismos dictadores.
España es el país del mundo con más guerras civiles, pues
hasta las independencias americanas tienen algo de guerra civil. Colón regresó
a España encadenado, pero Miranda también, dicen que traicionado por Bolívar,
murió aherrojado en La Carraca de Cádiz.
Están las personas y están las naciones,
la Historia y las Biografías, si los pueblos indígenas sufrieron el
descubrimiento no digamos los descubridores, en un viaje donde ser Adelantado,
era destino de desgracia, Cabeza de Vaca, otro esposado en el banquillo.
Este
pensamiento iguala sufrimientos paralelos de nuestras dos naciones, cuya
historia compartimos hasta 1812. No sé quien dijo, que el Paraguay, es un país
que atrae utopías, como dijo Efraím Cardozo, el Ortega paraguayo, olvidado,
como toda su gran literatura clásica, que descubro por blogs y portales, decía
Cardozo que el Paraguay es también para quien lo siente y lo hace suyo,
seguramente pensó en Barrett, en Viriato Díaz, en Josefina Plá, en tantos
uruguayos y argentinos.
Paraguay atrae por su oscuridad, por su no dejarse ver,
a la contra. Paraguay se quiere pero también se desprecia hacia el exterior,
algo por otro lado muy español, junto a la envidia, hay en el paraguayo una
especie de valentía sobrenatural y generosa, en momentos críticos, podríamos
hablar de varias herencias en el carácter.
Pero
que interese el Paraguay a unos cuantos intelectuales foráneos es una anécdota,
porque el problema es el poco interés del paraguayo en su cultura escrita, en
sus autores clásicos, la eterna jeremíada de sus intelectuales y sus
gobernantes, la malograda educación, que nunca llega a ser un proyecto
constante, una labor y una acción que cruce el río colorado de las
presidencias, de los gobiernos, de cualquier color, la educación es un tema
crítico y urgente, pienso, en Paraguay, educación, acción, animación, voluntad
e implicación del paraguayo y sus gobiernos, es lo necesario para que, desde la
responsabilidad hacia las generaciones futuras, los niños de hoy, conozcan y lean,
un legado cultural, su joya.
Leer
no es fácil, quién incita a leer por leer puede tener buenas intenciones, pero
no es lo mismo leer novelas que leer un ensayo o un poema, o artículos
políticos, o biografías. Leer es siempre bueno, claro, pero el legado de un
país que se piensa, que quiere progresar, que no quiere partir descalzo hacia
destinos remotos, es un país que parte de la riqueza de sus pensamientos
propios, nacionales, de sus poemas más íntimos, de sus maravillosas poetisas,
grandes paraguayas igualaron en arte y valentía a sus hombres, un verso en
manos de una mujer puede ser tan valiente como un fusil en manos de un
sargento, en un Paraguay machista.
¿Qué
se puede hacer por el Paraguay en materia de cultura? Pongamos que esto le
interesa verdaderamente a treinta mil paraguayos. Una minoría, lectora y
preocupada por el desarrollo de los derechos culturales de los paraguayos. No
siempre el número coincide con la élite, puede haber élites interesadas en la
pobreza intelectual de su nación, mas sumisa, menos rebelde, mas cerrada de
puertas y ventanas en su chakra, con proclamas patrióticas de nacionalismo
rancio y seudoperonismo, el futuro del Paraguay se juega en una mayor
implicación de sus universidades en una crítica inteligente dentro y vigilidada
con cierto riesgo, y en donde no hay vigilancia alguna que valga, en su
inmigración, en sus mentes libres y preparadas, generaciones futuras preparadas
en el exterior a quienes se les ha privado, durante años de su preparación, de
su educación materna, de sus libros de sus autores, del mismo bilingüismo que
tanto se defiende allá y se olvida acá, los niños del Paraguay, pierden su
tradición bilingüe, la acción cultural paraguaya exterior depende de la ayuda
europea, del país de acogida, quiten varios nombres de periodistas, animadores
y editores en Paraguay, pienso en Alonso de las Heras, Pablo Burián, Fernández
Bogado, Ignacio Telesca…qué sería hoy la cultura del Paraguay sin esos nombres,
sin sus piezas sueltas, sin sus actores, y ojo, sus mayores críticos.
La
crítica le costó la vida a tres periodistas, imaginen el valor de ella.
Paraguay tiene que hacerse así mismo culturalmente, y no pensar siempre que se
lo van a construir desde fuera, por eso concebimos el centro europeo del
Paraguay como un proyecto desde y por el Paraguay. ¿Una utopía, un sueño, o una
necesidad?
Escribo
desde un país en crisis, donde el político y la corrupción junto a la maltrecha
economía son los mayores problemas según las estadísticas y el sentir
ciudadano. Con un impuesto en cultura del 21%, en un país donde el dinero en
cultura se fue en edificios fantasmas, en ladrillos, en gestores, la cultura de
base vivió de alguna migaja. España goza de prestigiosas instituciones, que
además son productivas, el castellano, la imagen España, España recoge cosecha
de su acción cultural, no digamos Francia, paradigma de país que mima y vende
su cultura, que la vive como una religión, no sin críticas de
instrumentalización, Marc Fumaroli, el escritor francés, la describe como una
religión moderna no sin excesos de cinismo.
Porque la cultura es dinero,
repito, en imagen, en prestigio, en turismo, es la joya mostrenca de una nación
que se quiere.
Desde
la intuición, desde el fondo editorial de el
lector, editorial, cómo elegir una biblioteca elemental, qué títulos
debería tener una asociación o una fundación, o una embajada que quiera
presentar un mínimo de clásicos a una persona interesada en saber del Paraguay,
de un paraguayo que en Suiza o Francia, con interés en su propio país además
pueda leer a sus clásicos, un estudiante que quiera leer guaraní, saber de sus
poetas, de sus novelistas, de sus pensadores.
Generar una lista es exponerse a
dejar fuera títulos esenciales o incluir alguno que no lo merece tanto, bien
por desconocimiento mío bien por no estar en el fondo de la editorial “el
lector” con quienes deseamos colaborar y apoyar en su revolución cultural,
desde nuestro modesto portal. Pienso en “el dolor paraguayo” de Barrett o en el escritor Teodosio González, y su “Infortunios del Paraguay”, este inencontrable.
Elaborar
una lista de una Biblioteca Básica y Clásica del Paraguay es un riesgo, pero el
error lo cometo a cambio de que se critique la lista, se añada, se elimine, se
critique y se complete, y desde aquí incito a la Universidad paraguaya, a
todas, a los intelectuales y ciudadanos paraguayos a implicarse en una lista de
45 títulos esenciales de la historia cultural del paraguay, he elegido desde el fondo de la editorial “el lector”.
Para
acabar quiero hacer una pregunta PENSANDO UN PAÍS ¿se puede acceder verdaderamente a la cultura
sin libros?. La cultura es un derecho. Y no encuentro los libros.
BIBLIOTECA BÁSICA CULTURA PARAGUAY “EDITORIAL
EL LECTOR” Europa lee py
1.
Rafael Barrett, Germinal, ANTOLOGÍA
2.
Antología
del teatro clásico paraguayo, Jorge Aiguadé.
3.
Antología
de la literatura paraguaya. Teresa Méndez Faith
4.
Ñande Ipi Cuéra. Narciso R. Colmán
5.
Fabulaciones.
Elvio Romero
6.
Imágenes
sin tierra. José Luis Appleyard
7.
Josefina Plá. Poesías completas.
8.
Cuentos.
Mario Halley Mora.
9.
Los
exiliados. Gabriel Casaccia.
10. El paraguayo. Saro Vera.
11. Rafael Barrett, Miguel Ángel
Fernández. Colección protagonistas.
12. La literatura paraguaya como
expresión. Roque Vallejos.
13. La poesía y la narrativa del Paraguay.
Francisco Pérez Maricevich.
14. Antología poética. Manuel Ortiz
Guerrero.
15. Antología poética. César
Alonso de las Heras.
16. Poesía completa y otros
textos Hérib Campos Cervera.
17. Poesía y cuentos completos. Julio
Correa.
18. Poesías completas Eloy Fariña Núñez.
19. Antología poética. Roque
Vallejos.
20. La sierra de la plata y otros ensayos.
Manuel Domínguez.
21. Textos escogidos. Natalicio González.
22. Antología. Ignacio A. Pane
23. El Paraguay colonial, las
raíces de la nacionalidad. Efraím Cardozo.
24. Memorias militares. Silvestre Aveiro.
25. Crónicas de la Guerra
1864-1870. 4 tomos. Efraím Cardozo.
26. Memorias o reminiscencias de
la Guerra. 4 tomos. Juan Crisóstomo Centurión.
27. El Paraguay de la conquista.
Efraím Cardozo.
28. La soberanía del Paraguay.
Carlos A. López.
29. Historia contemporánea del Paraguay.
Gomes Freites.
30. Cartas y proclamas. Mcal. Solano
López.
31. El comunismo de las
misiones. Blas Garay.
32. La revolución comunera del
Paraguay. Viriato Díaz Pérez.
33. Yo anduve por aquí. Memorias. Mario
Halley Mora.
34. Mi vida de ciudadano y maestro. Ramón
Indalecio Cardozo.
35. Paraguay, las obras hidroeléctricas.
Aníbal Miranda.
36. Lo mejor de Ética y moral. Roque
Vallejos.
37. Migraciones. Eligio Ayala.
38. Contra la sagrada
resignación. Alfredo N.
39. La sociedad a pesar del estado.
Arditi-Rodríguez.
40. Cuentos completos. Josefina
Plá.
41. Mitos y Leyendas del Paraguay. Fco
Pérez Maricevich.
42. San la muerte. Rivarola Matto.
43. La pierna de Severina.
Josefina Plá.
44. Cuentos Breves. Barrett.
45. El poeta y su encrucijada.
Elvio Romero.