martes, 26 de mayo de 2015

CRÓNICAS DE MADRID: REFLEXIÓN Y ENCOMIO DE LA CULTURA PARAGUAYA

     

    El poeta regresa a casa, cansado, ha sido un día de gran emoción, para un hombre de cultura. Ha vivido la experiencia de tener entre sus manos buena parte de la literatura de un país. Ni siquiera muchos paraguayos son conscientes de las joyas que guarda el país por los sótanos. 
      El pobre sin instrucción tiene disculpado todo, condenado a malvivir, como aquel limpiabotas llamado José Asunción Flores que acabó Maestro, el analfabeto migrante, que tiene su recurso en la oralidad transmitida por sus abuelos, el indio del Guairá o de Villarrica que contempla y aprende ¿de dónde? ¿ acaso el mundo no es en sí mismo un libro, y la tierra y el paisaje y el cielo sus letras? la élite en cambio tiene poca disculpa. 

     De la estofa o calidad de una élite depende la transmisión del legado cultural, enriquecido o mermado. El poeta no emite opinión, avisa de lo que puede ser un hecho, no juzga a nadie, lee a Ortega y Gasset, semillero de ideas, le llama Savater.

     La élite que no ama su cultura, que no lee y, sobre todo, que ni cuida o descuida que las obras se difundan es una élite irresponsable con su educación y con su legado cultural, quizá volcada y quizá brillante en sus negocios, nada menos, pero nada más. Es una élite de Armani, de bisutería, de vino y gambas, de zumba y Ferrari. 

     Después de un año de espera, por fin el poeta hojea libros de clásicos paraguayos, llenos de polvo, inencontrables, únicos, poesía y ensayo, donde decía María Zambrano que se hallaba el conocimiento, libros en su edición agotada, pero también grandes colecciones sobre la historia y la cultura del Paraguay. 

     El poeta habla con Marcos. Marcos es un colaborador peruano de laCepa, al borde de crear laCepa Perú, quiere estudiar derecho, tenemos grandes amigos peruanos y cuando pregunto: -decidme el mejor Presidente que ha tenido el Perú en su historia reciente. Silencio. Cuando Marcos mira las colecciones semanales de "el lector" y "abc color" dice, en Perú no se ha hecho algo parecido. El Perú de Vargas LLosa. De César Vallejo. De Mariátegui. Del Inca Garcilaso. De los Incas y de la élite de Lima.

     El poeta regresa a casa en metro. Es tanta la alegría que pasa de un libro a otro. De pronto un poema maravilloso, para él, de José Luis Appleyard, Hay un sitio, mientras se suceden las estaciones capitalinas, Tribunal, Cuatro Vientos.: 

Hay un sitio en el mundo donde vivo, 
pequeño y singular,
un sitio mío. 
un pedazo de tierra con olor a madera,
con gentes como yo, 
de diminuto, sangrante y triste
corazón cautivo.
........

Dios, que hermoso poema! y después la lectura de otro poema POETAS VENCIDOS, de Barrett, en Barrett todo es poesía, fuego de ametralladora, lucidez y pasión. Ese breve ensayo fue publicado en el diario La Razón, en Abril de 1910, ya estaría agotado el pobre, muy enfermo, a punto de morir en Arcachon, en Francia, él, casi un inglés, casi español, siempre paraguayo. Un país agradecido debería llevarle flores a Rafael Barrett todos los años, en el día de difuntos.

     Eligio Ayala, Migraciones - ustedes sabrán quién es - el poeta comienza la lectura del ensayo,  mientras hace transbordo en la estación de Puerta del Sur. Aquel que fue presidente del Paraguay utiliza cuatro capítulos en disculparse por escribirlo, es la captación retórica de la benevolencia, un viejo recurso de la oratoria, nos dice D. Eligio Ayala:

Si yo esperase algún encomio por este ensayo, daría prueba de que ignoro total y absolutamente la psicología de los Paraguayos...

El poeta no es paraguayo, encomia toda una literatura que le sorprende, y además admira a la persona que ha sido capaz de darle vida, alas y luz; es paraguayo y de apellido armenio, es decir, le falta ser judío para resumir, en su persona, todos los grandes genocidios humanos. Ustedes sabrán quién es.


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