Días atrás hemos visitado una meritoria exposición en Fórum la Caixa, sobre uno de los hechos históricos que han quedado como un breve apunte en cualquier curso de historia, las reducciones del Paraguay. Si la historia de América es una gran desconocida en España nunca se olvida hacer mención de aquella obra de los misioneros tanto franciscanos, jesuitas. franciscanos de nuevo y dominicos.
Hacer mención a una sóla de las órdenes no sería justo, olvidar que fueron los padres franciscanos quienes primero arriesgaron sus vidas en tierras hostiles y pobres, pues fueron los jesuítas quienes consumaron la obra de fray Luis de Bolaños y Alonso de San Buenaventura, que primero estudiaron y aprendieron la lengua guaraní, su cultura, y establecieron desde 1538 las primeras reducciones. Bolaños, tradujo el catecismo limense al guaraní, recorrió el Guairá y entró en contacto con los tupíes antropófagos, regresó a Asunción y después fundó la reducción de Altos en 1580, donde reunió a más de 1300 indígenas, los cuales oyeron predicar por primera vez en su propio idioma.
EL PARAGUAY CATÓLICO. Manuscrito del padre José Sánchez Labrador. 1770.
Hablar de América, de su historia, siempre suscita pasiones, de su relación con España, pues desde el descubrimiento hasta la huída de Napoleón de la península compartimos la historia, los genes, el idioma, ¿hasta qué punto somos extranjeros en Sudamérica, o un sudamericano en España? y sin embargo la historia queda reducida al descubrimiento y las revoluciones, que bien pensado fueron guerras civiles de criollos y metropolitanos. Y en medio una gran laguna histórica, con la anécdota grandiosa de aquellos misioneros que con juego de sus vidas protegieron al indio, y crearon condiciones de vida decentes, los hechos confirman que lucharon con las armas y junto a los jesuítas por defenderlas, en aquel tiempo y en aquellas circunstancias, frente al acoso de los esclavistas brasileños, los llamados paulistas o bandeirantes, piratas que a falta de oro y diamantes quisieron traficar con seres humanos, pura mercancía, en las tierras del Paraguay, tan pobres, tan dependientes de la yerba mate, del llamado oro verde, que produjo en su comercio fuertes tensiones entre todos los poderes.
Maqueta de la Reducción de Jesús de Tavarengüe. Paraguay
La reducción, esa suerte de cooperativa civilizada, levantó siempre sospechas, creó tensiones entre las mismas órdenes religiosas, el poder Real -la compañía de Jesús fue expulsada de territorio español en 1767 - casi siempre frenó la avaricia de los encomenderos, quienes querían al indio más para sí que para Dios. Las reducciones significó una puesta en práctica de los que después en Europa y en pleno capitalismo industrial, el socialismo utópico denominó entre otras formas falansterio, una suerte de reducción del obrero a su fábrica. Fue la realización en la tierra de la idea platónica de una comunidad autoabastecida, evangelizada por los hechos, mas que por las armas, pero que tomó las armas para defenderse y no siempre lo logró como en 1641 en la mítica batalla de Mbororé.
De la obra de la Compañía de Jesús en el Paraguay, de esta parcela conjunta de la historia de América y de España, nos queda esta pequeña exposición en Fórum Caixa, interesante, y que, por supuesto, desde Cepaparaguay les invitamos a visitar.
Beni, Madrid, 14 de Enero de 2015.
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